Lo que el amor NO es.

Lo que el amor NO es

El amor no es compasión; cuando se ama no se siente lástima por la otra persona, bajo ningún concepto una persona puede mantener una relación con otra solo por compasión o agradecimiento, eso no es ser feliz y el amor, desde todos sus ámbitos, trae felicidad.

El amor no es un destino; a veces pensamos que la persona amada llegó a nosotros porque estaba en nuestro destino, que simplemente pasó, pero debemos saber que cuando sentimos amor verdadero, eso conllevó un proceso, que nos permitió evaluar a nuestro ser amado, aceptarlo, enamorarnos cada día más. Nadie ama sin querer, cuando sostenemos una relación de cualquier índole, contribuimos para que suceda, las cosas no se dan así por así.

El amor no es un encuentro con la media naranja; cuando buscamos a una persona y mantener una amistad sentimental con ella, que sea porque complementa nuestra vida, no porque la consideremos la otra mitad, no buscamos pareja para que haga lo que tenemos que hacer, nos acompañe a realizar nuestras responsabilidades. La buscamos para reír con alguien, tener con quien hablar de cosas diferentes, aunque no concuerden nuestros puntos de vista; conscientes de que si esa persona se va de nuestro lado, no se nos fue la razón de vivir, porque nunca la catalogamos como nuestro otro yo, sino como una persona individual con su propia vida, su espacio y sus sueños que decidió compartir todo eso con los de nosotros.

El amor no es dolor; en una relación hay altas y bajas, pero no se justifica un sufrimiento constante ocasionado por nuestra pareja. El amor no es ciego, se puede amar sin sufrir, porque si cabe el dolor, entonces no es amor. El que ama tiene muchas cosas para entregar como para dañar la relación causando daños a su pareja. El amor perdona y soporta, pero tiene sus límites y éstos no son extremos, se sabe reconocer cuándo parar y mantener la integridad moral intacta, sin denigrar nuestra dignidad.

El amor no es posesión; el amor es libertad, las parejas no se pueden sentir prisioneras de la otra, ni mucho menos su dueño/a, porque el que ama de verdad, sabe que existe un espacio vital para la relación, sin hostigarse el uno con el otro, sin asfixia.

El amor no es pasión; si bien es cierto que en el caso de un matrimonio, el encuentro sexual es importante, pero eso es para la relación, no para el amor. El amor no aumenta con el deseo sexual por la otra persona, el verdadero amor se expresa hasta en una simple mirada, no cambia, será genuino con o sin sexo. Sin embargo, la falta de encuentros sexuales ha destruido relaciones, aquellas que no se fundamentaron en el amor, sino en la pasión. Para sentirnos apasionados con otra persona, no necesariamente tenemos que estar enamorados. El amor es necesario, porque sin él no habría estabilidad en una pareja, simplemente se aburren al momento de sostener el acto sexual, pero si hay amor, la chispa se mantendrá siempre.